Las refinerías españolas se preparan para la caída del diesel

El camino del diesel continúa su avance hacia un declive sin remisión. Las refinerías españolas de Repsol, Cepsa y BP, conscientes de esa caída anunciada en la producción de este combustible, toman medidas. Recientes inversiones ponen al día las plantas para mejorar su eficiencia y elevar los márgenes de producción.

No será mañana, pero las medidas en torno al consumo de este derivado no hacen predecir un retorno al consumo del pasado vinculado al tráfico rodado de turismos. Serán ahora camiones y barcos quienes amortigüen esa caída.

Este verano, como ejemplo y por primera vez en años, se vendieron más coches de gasolina que de diésel, y en el sector del automóvil vaticinan ya un aumento en esa tendencia. A esto se suma que los vehículos diesel tienen cada vez más penalizado el acceso a algunas ciudades, además de que ya no ofrecen una ventaja económica tan significativa.

Sin embargo, la producción aumenta en las refinerías con el auge del consumo en el exterior que tiene como principales destinos el continente africano o los países de Francia e Italia.

Gracias a que esta evolución será lenta, el sector podrá ir ajustándose a la demanda de combustibles, solo un despegue vertiginoso de los vehículos eléctricos supondría un problema mayor.

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